No hay primera sin segunda
La semana pasada habíamos hecho la observación de un vehículo estacionado a lo ancho de la cerrada calle Magallanes. Algunos de nuestros lectores podrían haber pensado, al igual que nosotros, que este llamado de atención podría prevenir que ciertos automovilistas vuelvan a utilizar esta calle como un ingenioso estacionamiento improvisado. Sin embargo, aparentemente esto ha tenido el efecto completamente opuesto ¿Hemos creado un monstruo?